La palabra hoy sembrada
hazla, Cristo, en mí nacer,
para darle crecimiento
solo tienes tú poder.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Ricos frutos,
tú nos puedes conceder;
ricos frutos, tú nos puedes conceder.
La semilla que tu siervo
ha sembrado con saber,
no permitas que las aves
se las vengan a comer.
Haz que crezca con tu gracia
y tu rica bendición.
No la ahoguen las espinas
de congoja y aflicción.
Que su efecto muy profundo,
en la mente y corazón,
llevará consigo al mundo
que le das la salvación.
Sembraremos la palabra
con amor y profusión,
esperando la cosecha
en la célica mansión.