Cristo mío, me salvaste,
tuyo soy, tuyo seré,
por tu sangre derramada
vida eterna gozaré.

– – – – Coro: – – – – –
Gloria, gloria al Cordero,
gloria, gloria a Jesús;
ya soy limpio por su sangre,
gloria, gloria a Jesús.

Mucho tiempo solo anduve,
lejos de tu dulce amor,
mas ahora por tu gracia
tengo paz en ti, Señor.

En la fuente de la vida,
fui limpiado por la fe;
consagrado a tu servicio
para ti ya viviré.

Gloria a Cristo, el Cordero,
que murió en una cruz;
gloria a Él, me guarda siempre
en su gozo, paz y luz.

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