Ni oro ni plata me han redimido,
mi ser del pecado no pueden librar;
la sangre de Cristo
es mi sola esperanza,
su muerte tan solo me pudo salvar.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Me redimió, mas no con plata,
me compró el Salvador;
con oro no, mas con su sangre;
¡Grande precio de su amor!
Ni oro ni plata me han redimido,
la pena terrible no pueden quitar;
la sangre de Cristo
es mi sola esperanza,
mi culpa su sangre la puede borrar.
Ni oro ni plata me han redimido,
la paz no darán ellos al pecador;
la sangre de Cristo
es mi sola esperanza,
tan solo su muerte
me quita el temor.
Ni oro ni plata me han redimido,
la entrada en los cielos
no pueden comprar,
la sangre de Cristo
es mi sola esperanza,
tan solo su muerte la logró ganar.