Yo sé de una senda,
que al cielo nos guiará;
a veces por tinieblas
y pruebas pasará,
mas lleva muy segura
a la ciudad de luz.
La senda es Jesús. La senda es Jesús.

Sé de una paz profunda,
por siempre durará,
el oro no la gana, ni plata pagará.
es dádiva gratuita,
que al alma da solaz
Jesús es esta paz, Jesús es esta paz.

Sé de un poder que sana,
al triste corazón,
que da descanso al alma,
paz y consolación;
muy blanca con su ayuda,
mi ropa ha de ser,
Jesús es el poder, Jesús es el poder.

Sé de una meta santa,
preciosa y sin par,
su gloria prontamente
se ha de revelar.
Sí, vale bien la pena
correr sin timidez;
la meta el cielo es, la meta el cielo es.

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