Dios no nos deja huérfanos, más
como prometió
nos manda el Santo Espíritu,
que llena de su gran virtud,
al ser que lo esperó.

– – – – – – Coro: – – – – – – –
¿Ha venido a ti?, ¿ha venido a ti?
el Espíritu Consolador.
Dios convencerá al mundo de mal,
cuando venga el Consolador.

¡Oh santos, Dios os llama hoy,
su plenitud tomad;
es para todos por igual
el santo Huésped celestial,
Espíritu de verdad.

Jesús promete un Pentecostés
a cada corazón;
postrados, pues, roguémosle,
y esperemos por la fe
el prometido don.

Creyentes, para todos hay,
el gran Consolador;
y las señales seguirán,
en otras lenguas hablarán,
promesa del Señor.

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