Que mi vida entera esté
consagrada a ti, Señor;
que a mis manos pueda guiar
el impulso de tu amor.

– – – – Coro: – – – – –
¡Lávame en tu sangre, Salvador,
límpiame de toda mi maldad,
traigo a ti mi vida, para ser, Señor
tuya por la eternidad.

Que mis pies tan solo en pos
de lo santo puedan ir,
y que a ti, Señor, mi voz,
se complazca en bendecir.

Que mi tiempo todo esté
consagrado a tu loor,
que mis labios al hablar
hablen solo de tu amor.

Toma, ¡oh Dios! mi voluntad,
y hazla tuya, nada más;
toma, sí, mi corazón
por tu trono lo tendrás.

Toma tu mi amor, que hoy
a tus pies vengo a poner.
¡Toma todo lo que soy,
todo tuyo quiero ser!

Comparte este himno:

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *