De mi tierno Salvador
cantaré el inmenso amor,
gloriareme en el favor de Jesús:
de tinieblas me llamó,
de cadenas me libró,
de la muerte me salvó, mi Jesús.

– – – – Coro: – – – – –
¡Mi Jesús! ¡Mi Jesús!
¡Cuán precioso
es el nombre de Jesús!
Con su sangre me limpió,
de su gozo me llenó,
de su vida me dotó, mi Jesús.

¡Oh, qué triste condición
del impío corazón!
Me salvó de perdición, mi Jesús.
Del pecado, el perdón;
de la ruina, salvación;
por tristeza, bendición, dio Jesús.

En el mundo al vagar,
solitario sin hogar,
no sabía qué dulce paz da Jesús.
Mas las lágrimas de ayer
han pasado y placer
ya comienzo a tener, en Jesús.

De lo falso a su verdad,
de lo inmundo a santidad,
ya me trajo la bondad de Jesús.
Hechos fuertes en virtud,
de su perennal salud,
himnos dad de gratitud a Jesús.

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