Doquier el hombre esté,
la nueva proclamad,
doquier haya aflicción,
miserias y dolor;
cristianos, anunciad
que el Padre nos envió
el fiel Consolador.

– – – – – – Coro: – – – – – – –
El fiel Consolador,
el fiel Consolador,
que Dios nos prometió,
al mundo descendió;
doquier el hombre esté,
decid que vino ya
el fiel Consolador.

La noche ya pasó
y al fin brilló la luz,
que vino a disipar
las sombras del terror,
así del alma fue aurora celestial,
el fiel Consolador.

Él es quien da salud
y plena libertad,
a los que encadenó el fiero tentador;
con todo corazón, decid que vino ya
el fiel Consolador.

¡Oh, grande, eterno amor!
mi lengua débil es,
para poder hablar del don
que recibí,
el celestial poder,
que habita ya en mí;
el fiel Consolador.

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