En Jesucristo, mártir de paz,
En horas negras de tempestad;
Hallan las almas dulce solaz,
Grato consuelo, felicidad.

CORO:
¡Gloria cantemos al Redentor!
Que por nosotros quiso morir;
La santa gracia del Salvador
Siempre dirija nuestro vivir.

En los peligros, en el dolor,
A cada paso su protección;
Clama le infunde, santo vigor,
Nuevos alientos al corazón.

Cuando en la lucha falta la fe,
Y el alma siente desfallecer,
Cristo nos dice: “Yo os colmaré
De rica gracia, santo poder.”

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