¡Oh, júbila, alma mía!
¡Oh, qué dicha al cielo voy!
do terminará la pena.
Cristo es mío y suyo soy,
do terminará la pena.
Cristo es mío y suyo soy.

Mis heridas ha sanado,
Él es lleno de bondad,
con su Espíritu ha sellado
su apreciada heredad.
Con su Espíritu ha sellado
su apreciada heredad.

Ya mi nombre está escrito
en el libro de mi Dios.
¡Gloria a Jesús bendito,
Que dio su vida en la cruz!
¡Gloria a Jesús bendito,
que dio su vida en la cruz!

Cual un niño hoy yo puedo
“abba Padre”, aquí clamar.
En mi corazón no dudo,
que Él a sí me ha de llevar.
En mi corazón no dudo,
que Él a sí me ha de llevar.

En el cielo de alabanzas,
hoy el eco suena ya;
y mi corazón contesta:
“honra y gloria a Jehová”
Y mi corazón contesta:
“honra y gloria a Jehová”.

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