Alabad al gran manantial,
que de sangre Dios nos mostró,
alabad al Rey que murió,
su pasión nos libra del mal.
Lejos del redil yo vagué,
obteniendo solo gran dolor.
Lávame en tu sangre, Señor,
y nívea blancura tendré.

– – – – – – Coro: – – – – – – –
Sé que solo así, limpio yo seré,
lávame en tu sangre, Jesús,
y nívea blancura tendré.

La punzante insignia llevó,
en la cruz dejó de vivir,
grandemente vino a sufrir,
no en vano Él padeció.
Al gran manantial llévame
a ser libre de iniquidad.
lávame de toda maldad,
y nívea blancura tendré.

Padre, de ti lejos vagué;
extraviose mi corazón,
como grana mis culpas son,
no con agua limpio seré.
Cristo a tu fuente iré,
tus promesas solo confiaré,
con tu sangre, hoy lávame,
y nívea blancura tendré.

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