Ama el pastor sus ovejas,
con un amor paternal;
ama el pastor su rebaño,
con un amor sin igual;
ama el pastor a las otras,
que descarriadas están,
y conmovido las busca,
por dondequiera que van.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Por el desierto errabundas,
vense sufrir penas mil,
y al encontrarlas, en hombros,
llévalas tierno al redil.
Ama el pastor sus corderos;
ámalos tierno el pastor,
a los que a veces, perdidos,
se oyen gemir de dolor;
ved al pastor conmovido,
por los collados vagar,
y los corderos en hombros,
vedlo llevando al hogar.
Ama las noventa y nueve,
que en el aprisco guardó;
ama las que descarriadas,
por el desierto dejó.
“¡Oh, mis ovejas perdidas!
Clama doliente el pastor,
¿quiénes vendrán en mi ayuda,
para salvarlas, Señor?”
Son delicados tus pastos,
y quietas tus aguas son;
henos aquí ¡oh, Maestro!
danos hoy tu comisión.
Haznos obreros fervientes,
llénanos de un santo amor,
por las ovejas perdidas,
de tu redil, buen Señor.