Hubo quien por mis culpas
murió en la cruz,
aun indigno y vil como soy,
soy feliz, pues su sangre
vertió mi Jesús,
y con ella mis culpas borró.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Mis pecados llevó,
en la cruz do murió,
el sublime, el tierno Jesús;
los desprecios sufrió
y mi alma salvó,
Él cambió mis tinieblas en luz.
Él es tierno y amante
cual nadie lo fue,
pues convierte al infiel corazón;
y por esa paciencia y ternura yo sé,
que soy libre de condenación.
Es mi anhelo constante
a Cristo seguir,
mi camino su ejemplo marcó;
y por darme la vida Él quiso morir,
en su cruz mi pecado clavó.