Como María en Betania,
Junto a los pies del Señor,
Los que adoramos al Cristo
Hoy escuchamos su voz.
¡Cuán placentero es mirarle,
De corazón alabarle,
Vivificar nuestras almas
Al fuego de su amor!

CORO:
¡Venid, si, venid! ¡orad, sí, orad!
Recibamos del Señor, gozo, paz, poder;
¡Luchad por Jesús, hablar de su amor!
¡No permitáis que se pierda el niño y la mujer!

En nuestro hogar cada día,
Huésped hagamos de honor
A Jesucristo, y vivamos
De su presencia al calor
Hijos, esposos y hermanos,
Siempre a su luz mantengamos
Trozo del cielo será nuestro hogar
Gracias al Señor.

Cuántos hogares indignos
Del dulce nombre de hogar
¡Cuántos se ven desgarrados
Bajo el imperio del mal!
Quiere el Señor que le demos,
La vida que poseemos
A esos que sufren llevemos
La eterna felicidad.

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