Haz lo que quieras de mí, Señor;
Tú el alfarero, yo el barro soy;
Dócil y humilde anhelo ser;
Cúmplase siempre en mí tu querer.
Haz lo que quieras de mí, Señor;
Mírame y prueba mi corazón;
Lávame y quita toda maldad
Para vivir yo en santidad.
Haz lo que quieras de mi, Señor;
Cura mis llagas y mi dolor;
Tuyo es, oh Cristo, todo poder;
Sáname hoy si es tu placer.
Haz lo que quieras de mí, señor;
Dueño absoluto de mi amor;
Del Paracleto dame poder,
Y el mundo a Cristo pueda en mí ver.