Cuando cesen los conflictos de la vida terrenal
Y dejemos este mundo de aflicción,
Entraremos por las puertas de la patria celestial
En la nueva Jerusalén.
CORO:
Cantaremos con los santos la canción de redención,
En Jerusalén… En Jerusalén…
Con acentos de alegría alabando al salvador,
En la gran Jerusalén.
Aunque el mar embravecido y las olas del turbión
Siempre agiten nuestra pobre embarcación,
Fiando en Cristo llegaremos a la playa celestial
De la nueva Jerusalén.
Consagremos nuestras vidas al servicio del Señor,
Siempre hablemos de su grande salvación;
Si en su viña trabajamos nos espera galardón
En la nueva Jerusalén.
En aquel país hermoso do jamás se dice “adiós”,
Gozaremos del descanso sin afán;
Cara a cara allá veremos a Jesús, quien nos salvó,
En la nueva Jerusalén.