Hay una fuente carmesí,
que mi Jesús abrió,
muriendo en la cruz por mí,
do limpio quedé yo.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Yo creo, sí, yo creo, sí,
Jesús murió por mí;
que en la cruz vertida fue
su sangre carmesí.
En el Calvario Él expió,
mi negra culpa ya;
y por la muerte que sufrió,
la gloria me dará.
Después que yo su gran amor,
en sus heridas vi;
en Él confié con más fervor,
porque murió por mí.
Por esa muerte en la cruz,
en gloria celestial,
regenerado por Jesús,
seré yo inmortal.