En la sangre virtuosa vertida por mí,
Señor, lávame, Señor, lávame;
De pecado te ruego me libres a mí,
Señor, lávame, Señor, lávame.
Fue triste la senda en que persistí,
Constante derrota en ella sufrí;
Por cuanto en tu grande poder no creí;
Señor, lávame, Señor, lávame.
De pecado que tanto pesar me causó,
Señor, límpiame, Señor, límpiame;
Con sangre preciosa que por mí fluyó,
Señor, límpiame, Señor, límpiame;
Señor, tu promesa me atrevo a creer,
Me mandas venir, pues me has de atender;
No más el pecado me ha de vencer;
Señor, límpiame, Señor, límpiame.
De pasiones que causan al alma dolor,
Señor, líbrame, Señor, líbrame;
De envidia, calumnia, enojo o rencor,
Señor, líbrame, Señor, líbrame;
Señor, aunque siento que es débil mi fe,
Confió en tu gracia y no temeré
Tú has prometido “no te dejaré”,
Señor, líbrame, Señor, líbrame.
Del cuidado de lo que la gente dirá,
Señor, guárdame, Señor, guárdame;
Del temor de hablar, de cantar u orar,
Señor, guárdame, Señor, guárdame.
Señor, hazme fuerte en tu amor y poder,
Que sepa el mundo que tuyo es mi ser;
Y para que pueda en todo vencer,
Señor, guárdame, Señor, guárdame