Libres estamos, Dios nos absuelve,
En él confiamos; paz nos devuelve;
Vionos perdidos; nos socorrió,
Aunque enemigos, nos amó.
CORO:
Él nos redime, nada tememos:
¡Verdad sublime!, no la dudemos.
Nuestra cadena Cristo rompió;
Libres de pena nos dejó.
Ciegos cautivos, míseros siervos,
En carne vivos, en alma muertos;
La ley trillando cada acción,
Nunca mostrando compunción.
Hoy libertados ya no pequemos;
Santificados, suyos seremos;
Sangre preciosa Cristo vertió,
Bellas lecciones nos legó.