Cuando en mi vida
caen densas sombras,
la esperanza terrenal falló,
entonces brillan todas las promesas,
como estrellas que Jesús me dio.
De día no se notan las estrellas,
mas en la noche oscura brillarán,
así en noches de tristeza y nieblas
son las promesas que me alumbra- rán.
Cuando la flor
del gozo se ha secado
y el corazón en mí gimiendo está,
con lágrimas los astros he contado,
y ya su paz el Salvador me da.
Yo quiero siempre
fiel mirar al cielo,
confiar en Dios y en su luz andar;
después un día yo seré llevado
allá con Cristo siempre a descansar.