Nunca puedo olvidar cuando
Dios me bautizó,
y me dio el gran poder.
Su promesa alcancé
por la gracia y la fe;
el Espíritu llenó mi ser.

– – – – – – Coro: – – – – – – –
Aún hoy arde el fuego,
¡gloria a Dios!
aún hoy arde el fuego,
¡gloria a Dios!
el Señor muy pronto viene
y su esposa llevará,
aún hoy arde el fuego,
¡gloria a Dios!

Cuando dije a mi Dios:
haz tu voluntad en mí,
como quieras ven Señor;
me llenó de gozo y paz,
que yo antes no sentí,
fue el Espíritu Consolador.

El sublime don de Dios,
el poder pentecostal,
ya llenó mi pobre ser;
antes nunca tuve yo en mi Dios
confianza tal,
cual después de recibir poder.

Oh, hermano, pide ya,
Él hoy te bautizará
con Espíritu y poder.
Nunca quieras débil ser, cuando hay
tanto poder,
como el que puedes hoy tener.

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