En Jesús está mi gozo.
Él rebosa de amor;
y levanta a los caídos,
les da fuerza y vigor.
El consuela a los que gimen
en angustia y dolor,
en la muerte en Él descansa
todo aquel que es vencedor.
Yo con Él estoy unido
por los lazos del amor;
nada puede separarme
de la mano del Señor.
Mi anhelo es servirle
y andar en santidad.
¡Oh, qué gloria, yo soy salvo
por toda la Eternidad.
¡Oh, amor maravilloso!,
aun perdido me buscó.
¡Oh, cuán rica es su gracia
que a mí me perdonó!
El poder que Él otorga
es para testificar,
a buscar a los perdidos
y por Cristo trabajar.
Pronto viene a llevarme
a la patria Celestial.
Nunca separarme quiero
de Jesús mi amigo fiel.
¡Qué verdad maravillosa!
Voy a mi celeste hogar,
do eterno es el gozo,
voy allí a descansar.