¡Oh! guárdame de no pecar,
bajo tu sangre, mi Jesús;
y siempre quiero yo estar
bajo de aquel raudal.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
Bajo la sangre de Jesús,
bajo la sangre de tu cruz
cada día, oh, guárdame
bajo de aquel raudal.
Refugio siempre yo tendré,
bajo tu sangre, mi Jesús;
al tentador no temeré
bajo de aquel raudal.
¡Oh, lléname de tu poder!
bajo tu sangre, mi Jesús;
enséñame a obedecer
bajo de aquel raudal.
Hermosa paz hay en mi ser,
bajo tu sangre, mi Jesús;
tus dones puedo yo tener
bajo de aquel raudal.
Si tus pecados grandes son,
bajo la sangre de Jesús;
en Cristo tu tendrás perdón,
bajo de aquel raudal.