Cantaré, cantaré, del hermoso país,
El lejano, glorioso jardín,
//Donde ha de vivir el alma feliz
Mientras vuelen los siglos sin fin.//
¡Oh la patria del alma! En sueños se ve
Sus muros de jaspe y cristal;
//Y cercano parece aquel bello Edén,
Radiante de luz celestial.//
Y el árbol de vida florece allá,
Do fluye el río de amor;
//Y jamás en la santa ciudad entrará
Ni la muerte, ni amargo dolor.//
¡Oh cuán dulce será en el santo país,
Pasadas las penas aquí,
//Volvernos a ver en la vida feliz,
Que tendremos con Cristo allí!//