Del trono santo en derredor
niñitos mil están,
que rescatados del Señor
allí gracias le dan.
Cantan: ¡gloria, gloria,
aleluya al santo Dios!
¿Cómo al mundo superior,
aquella Sion sin par
en donde todo es paz y amor
han podido llegar?
Cantan: ¡gloria, gloria,
aleluya al Santo Dios!
Porque el Señor su sangre dio
en precio de expiación;
con ella los purificó
por grande compasión,
Cantan: ¡gloria, gloria,
aleluya al Santo Dios!
Buscaron ellos a Jesús,
su nombre amando aquí;
y ahora ya en clara luz.
su rostro ven allí,
Cantan: ¡gloria, gloria,
aleluya al Santo Dios!
Ropaje blanco de esplendor
cada uno viste allí;
están allá con el Señor,
eternamente así,
Cantan: ¡gloria, gloria,
aleluya al Santo Dios!