Dulce oración, dulce oración,
De toda influencia mundanal
Elevas tu mi corazón,
Al tierno Padre celestial.
¡OH, cuántas veces tuve en ti
Auxilio en ruda tentación,
Y cuántos bienes recibí,
Mediante ti, dulce oración!

Dulce oración, dulce oración,
Al trono excelso de bondad;
Tú llevarás mi petición
A Dios, que escucha con piedad;
Por fe espero recibir
La gran divina bendición,
Y siempre a mi Señor servir
Por tu virtud, dulce oración.

Dulce oración, dulce oración,
Que aliento y gozo al alma das,
En esta tierra de aflicción
Consuelo siempre me serás.
Hasta el momento en que veré
Francas las puertas de Sion,
Entonces me despediré
Feliz, de ti, dulce oración.

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Osvaldo Reyes

Este himno me restaura mi vida cada día que mas y más porque en la oración