Jubilosas nuestras voces
elevamos con fervor,
para dar la bienvenida
a los siervos del Señor.
– – – – – – Coro: – – – – – – –
¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos!
adalides de Jehová;
parabienes no fingidos
la congregación os da.
Bienvenidos los campeones
de la fe y la verdad,
a quien nuestros corazones
hoy les brindan su amistad.
Bienvenidos los soldados
de las huestes de Jesús,
los que luchan denodados
por el triunfo de la luz.
Uno solo es nuestro anhelo
trabajamos con tesón,
por hacer que el Rey del cielo
reine en cada corazón.