En Jesús, mi Señor, encontré dulce paz,
En Jesús quien por mi se entregó;
Si acudieres a él este don tú tendrás,
Ve, que a nadie jamás rechazó.
CORO:
¡Sublime don!, ¡don sin igual!
Solamente él podrá conceder;
Es un rayo de luz de su luz celestial,
Que en nosotros él quiere encender.
En Jesús encontré inefable perdón,
Cuando a él suplicante acudí;
En amor encendió mi falaz corazón,
Y por él nueva fe recibí.
En Jesús nueva vida tendrás, pecador,
Sin tardanza dirígete a él:
En tu pecho pondrá nueva fe, nuevo amor
Y después siempre sírvele fiel.