Dios relata en su palabra como el gran consolador,
Vino a los que le esperaban, les llenó de su fervor.
Puede ahora repetirse este gran Pentecostés;
Cristo lo ha prometido, y por siempre el mismo es.

CORO:
Dios está mandando el fuego;
Ha caído ya en mí;
Santo fuego de los cielos
Caerá hermano en ti.

Cuando a los ciento veinte este fuego descendió,
Consumiendo su impureza su ánimo carnal quitó,
La bendita experiencia, ¡oh, hermano es para ti;
Dios dará poder, victoria y servicio para sí!

La divina llama quema, todo orgullo y temor;
Purifica los deseos, llena con perfecto amor.
La iglesia victoriosa, esperando el fuego real,
De los cielos ve bajarse el poder pentecostal.

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