Del culto el tiempo llega,
Comienza la oración.
El alma a Dios se entrega;
¡Silencio y atención!
Si al santo Dios la mente
Queremos elevar;
Silencio reverente
Habremos de guardar.
Mil coros celestiales
A Dios cantando están;
A ellos, los mortales,
Sus voces unirán.
Alcemos, pues, el alma
Con santa devoción,
Gozando en dulce calma,
De Dios la comunión.
La Biblia bendecida,
De Dios revelación,
A meditar convida
En nuestra condición.
¡Silencio! Que ha llegado
Del culto, la ocasión;
Dios se halla a nuestro lado;
¡Silencio y devoción!